Pero más allá de la historia, si por algo es conocido mundialmente Call of Duty es por su congestionado multijugador. El cual esta vez también nos llega con jugosas novedades aunque manteniéndose fiel a su espíritu. Para empezar el juego ha girado radicalmente hacia los e-sports con un multijugador mucho más equilibrado y decenas de opciones orientadas en este sentido. Desde un modo cine que repite una vez más para que podamos compartir nuestras partidas de Call of Duty, pasando por un nuevo COD TV, una especie de canal televisivo donde poder ver toda clase de vídeos relacionados con el juego (tanto oficiales como del resto de jugadores de todo el mundo) para acabar con un nuevo Call of Duty Elite gratuito -los paquetes de mapas ahora tienen “season pass”- pensado casi íntegramente para la competición online.
Incluso existen modos de juego propios dentro del programa pensados para competir con otros jugadores de forma oficial. En cuanto a jugabilidad propiamente dicha, una de las grandes novedades es la forma que tenemos para crear clases. Se acabó aquello de seleccionar siempre los mismos elementos para cada clase. A partir de ahora dispondremos de 10 ranuras o slots que nosotros gastaremos de la forma que mejor creamos conveniente.
¿Que queremos una clase centrada en el arma principal y las ventajas?, pues adelante. ¿Qué preferimos armas sin accesorios y más ventajas?, pues adelante también. Ahora disponemos de total libertad para crear nuestras clases a nuestro antojo. Otra de las grandes novedades de este año son las rachas, que esta vez ya no son de bajas, sino por puntos. Ayudando a evitar en gran medida la gran lacra del camperismo.
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